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By Marrou Henri-Irénée, Fondo de Cultura Economica
L. a. historia que reconstruye Marrou abarca desde el año a thousand a. C. hasta el año 500 d. C. En ella se inscriben diversas odalidades educativas, como las presentadas por los judíos y cristianos, basadas en los angeles escritura; l. a. de los árabes, cuya tendencia es fundamentalmente militar, sin soslayar l. a. riqueza expresiva de Egipto y Mesopotamia. En tres grandes apartados, Marrou outline los orígenes de los angeles educación clásica, de Homero a Isócrates, el landscape educativo en l. a. época helenística y los angeles contribución de Roma a l. a. educación.
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Los angeles Carta sobre el humanismo fue publicada por primera vez en 1947 a modo de apéndice a un escrito anterior sobre los angeles doctrina platónica de los angeles verdad. Si bien se inscribe en el landscape de una postguerra que, a l. a. vista de las ruinas resultantes de los angeles Segunda Guerra Mundial, se plantea un interrogante generalizado acerca de los angeles responsabilidad de l. a. cultura occidental de su ciencia, pero también de su literatura, de su música y, sobre todo, de su filosofía en los angeles catástrofe ocurrida, este texto de Martin Heidegger (1889-1976), al que no se tardó en atribuir cierto carácter programático, alcanzó rápidamente una gran acogida y despertó un interés que no ha cesado de incrementarse hasta el día de hoy.
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Volvamos al comienzo Laques, donde Platón, como ya hemos visto, pone en escena a dos atenienses nobles que consultan a Sócrates sobre la educación de sus hijos. Podemos imaginarnos muy bien una escena equivalente en nuestros días: dos padres de familia se preguntan si, al ingresar en cuarto año, Sus hijos estudiarán griego o matemáticas. Justamente, problemas análogos a éste no tardarían en plantearse en la misma Grecia; pero todavía no sería nuestro caso y 10 único que aquí se debate, según vimos, j es saber si estos jóvenes practicarán o no la esgrima 44!
15 Id. 14-15; 25; 27; 32. 16 Id. 11 s. n la practIca ~,:l ~e porte se vulgarizaba la esencia misma de la vieja cultura nobIlIaria. Atenas (ya he destacado el paralelismo de su evolución con la de la Francia moderna) se ha convertido en una verdadera democracla: el pueblo ha conquistado, por una extensión ~~adual,: no sola11l,ente los privilegios, los derechos y los poderes p~11l1cos, smo tamblen el acceso a este tipo de vida, de cultura, a este Ideal humano hasta entonces disfrute exclusivo de la aristocracia.
Charm. 153 c. 47 por el prestigio y recuerdo de sus éxitos de adolescente, de la belleza de su juventud (baste evocar aquí la figura de Alcibíades). Ideal, pues, perfectamente válido, pero cuya realidad resulta brutal y simple frente a la imagen tan maravillosa que de él se forjaban Burckhardt o Nietzsche, por ejemplo, y, siguiendo su escuela, tantos neopaganos. Sí, aquellos jóvenes eran bellos y fuertes, pero de hecho consagraban todas sus energías, toda su voluntad, a lograr ese único fin. , ya que hacía ésto con el fin de sustraerlos de ese lugar e iniciarlos en el duro ascetismo de las matemáticas y la dialéctica.