By Zygmunt Bauman
Estudio que proporciona un amplio landscape del mundo globalizado que se caracteriza por los angeles incertidumbre y en donde l. a. "sociabilidad", flota en un vacío en busca de un objetivo tangible; asegurando que se carece de vías de canalización estables, y que no existe una forma fácil de traducir las preocupaciones privadas en temas públicos y, a los angeles inversa, percibir en las preocupaciones privadas temas de preocupación pública.
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Con el Cuadernillo de Actividades podremos desgranar y reflexionar acerca de las ensenanzas eticas de este libro que ha tenido una repercusion mas que impressive en miles de lectores.
L. a. Carta sobre el humanismo fue publicada por primera vez en 1947 a modo de apéndice a un escrito anterior sobre l. a. doctrina platónica de l. a. verdad. Si bien se inscribe en el landscape de una postguerra que, a l. a. vista de las ruinas resultantes de los angeles Segunda Guerra Mundial, se plantea un interrogante generalizado acerca de l. a. responsabilidad de los angeles cultura occidental de su ciencia, pero también de su literatura, de su música y, sobre todo, de su filosofía en l. a. catástrofe ocurrida, este texto de Martin Heidegger (1889-1976), al que no se tardó en atribuir cierto carácter programático, alcanzó rápidamente una gran acogida y despertó un interés que no ha cesado de incrementarse hasta el día de hoy.
Criminología crítica y crítica del derecho penal : introducción a la sociología jurídico-penal
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Hoy nos desplazamos hacia la privatización de los medios de asegurar-garantizar la libertad individual; si esa es la terapia de los males actuales, está condenada a producir enfermedades iatrogénicas más siniestras y atroces (pobreza masiva, redundancia social y miedo generalizado son algunas de las más prominentes). Para hacer aun más compleja la situación y sus perspectivas de mejoría, pasamos además por un período de privatización de la utopía y de los modelos del bien. El arte de retramar los problemas privados convirtiéndolos en temas públicos está en peligro de caer en desuso y ser olvidado; los problemas privados tienden a ser definidos de un modo que torna extraordinariamente difícil “aglomerarlos” para poder condensarlos en una fuerza política.
Y conformarse bien podría ser algo que uno puede hacer solo; entonces, ¿para qué necesitamos la política para conformarnos? ¿Por qué molestarnos si los políticos, de cualquier tendencia, no pueden prometernos nada, salvo lo mismo? El arte de la política, cuando se trata de política democrática, se ocupa de desmontar los límites de la libertad de los ciudadanos, pero también de la autolimitación: hace libres a los ciudadanos para permitirles establecer, individual y colectivamente, sus propios límites, individuales y colectivos.
En estas circunstancias, ¿qué puede reunirnos? La sociabilidad, por así llamarla, flota a la deriva, buscando en vano un terreno sólido donde anclar, un objetivo visible para todos hacia el cual converger, compañeros con quienes cerrar filas. Existe en el ambiente en cantidad…, errante, tentativa, sin centro. Al carecer de vías de canalización estables, nuestro deseo de asociación tiende a liberarse en explosiones aisladas… y de corta vida, como todas las explosiones. Suele ofrecérsele salida por medio de carnavales de compasión y caridad; a veces, a través de estallidos de hostilidad y agresión contra algún recién descubierto enemigo público (es decir, contra alguien a quien la mayoría del público puede reconocer como enemigo privado); en otras oportunidades, por medio de un acontecimiento que provoca en la mayoría el mismo sentimiento intenso que le permite sincronizar su júbilo, como cuando la selección nacional gana la Copa del Mundo, o como ocurrió en el caso de la trágica muerte de la princesa Diana.